Es probable que hayas leído o escuchado algo sobre los diferentes estilos de apego más allá de los vínculos en la infancia, y es que, por suerte, se está desarrollando desde hace años la nueva ciencia del apego adulto.
John Bowlby llegó a la conclusión de que la evolución nos ha programado para elegir a una persona de nuestro entorno y convertirla en alguien valioso para nosotros. Esta necesidad comienza cuando estamos en el útero y termina cuando morimos. Bowlby también entendió que, a lo largo de la evolución, la selección natural favorecía a las personas que creaban vínculos de apego porque estos les proporcionaban una ventaja en la competencia por la supervivencia.
¿Cómo desarrollamos nuestro estilo de apego?
Antes de estudiar en profundidad el apego adulto se creía que el apego era fruto de la educación y cuidados recibidos en la infancia. Pero hoy se sabe que los estilos de apego entre adultos dependen de varios factores, más allá de la crianza de sus padres, como pueden ser algunas experiencias vitales.
Los estilos de apego son:
- Apego Seguro
- Apego Inseguro. Ansioso / Evitativo
- Apego Ambivalente o Desorganizado.
Aunque hablaremos en próximos artículos de todos los tipos de apego, en este me gustaría centrar la atención en el Apego Inseguro Evitativo. Las personas que tienen esta forma de vincular siempre recurren a estrategias para mantener las distancias, estén solos o en pareja.
Los evitativos suelen considerarse a sí mismos como espíritus libres y ven como una debilidad necesitar al otro, entonces, ¿son personas con necesidades diferentes al resto? No hay una fácil respuesta ya que generalmente tienden a reprimir sus emociones, no a expresarlas.
Según varias investigaciones al respecto, las personas con apego evitativo realizan una rápida interpretación negativa sobre su pareja, al verlas como personas dependientes o necesitadas, a la vez que ignoran sus propias necesidades. Estos estudios también demostraron que en realidad estas personas son igual de vulnerables a la amenaza de la separación, pero solo cuando están “distraídos”, se manifiestan esas necesidades y emociones.
¿Entonces cómo pueden mantenerse alejados y satisfacer a la vez sus necesidades de apego? En las relaciones de pareja marcan las distancias, pueden estar comprometidos pero a la vez alejados, situación que crea un gran sufrimiento a ambas partes. Encuentran mecanismos para mantener a la pareja a la distancia de seguridad que necesitan.
Te comparto algunas de estas estrategias, extraídas del libro Maneras de Amar, que te recomiendo muchísimo si te interesa este tema:
- Decir (o pensar) “No estoy preparado para un compromiso”, pero seguir junto a la pareja de todos modos, a veces durante años.
- Fijarse en las pequeñas imperfecciones del otro; su forma de hablar, de vestir, de comer o (rellena el espacio en blanco) y dejar que eso interfiera en lo que se siente por él.
- Seguir pensando en un ex novio o ex novia (el ex fantasma).
- Flirtear con otros; una manera muy perjudicial de introducir inseguridad en la relación.
- No decir “te quiero”, pero dar a entender que se siente algo por la otra persona.
- Retirarse cuando las cosas van bien (por ejemplo, no hablar durante varios días después de una cita romántica).
- Establecer relaciones que no tienen futuro, por ejemplo, con una persona casada.
- Desacreditar a la pareja mentalmente cuando está hablando.
- Guardar secretos y ser confuso para preservar la sensación de independencia.
- Evitar la proximidad física; por ejemplo, no querer compartir la cama, negarse a mantener relaciones, caminar unos pasos por delante del otro.
El evitativo es casi inconsciente de esos patrones de pensamiento negativos.
¿Puede cambiar una persona con apego evitativo y conseguir un apego seguro?
Las personas con apego evitativo creen que su incapacidad para ser felices en sus relaciones tienen poco que ver con ellas mismas y lo atribuyen a circunstancias externas; encuentran a personas que no les convienen, no aparece su “alma gemela” o las personas que conocen solo quieren atarles. Rara vez indagan en el motivo de su insatisfacción y mucho menos piden ayuda. De esta forma, es difícil que se produzca un cambio. Solo en algunas ocasiones, cuando pasan por un periodo particularmente complicado, cambian de forma de pensar, adquieren una mayor conciencia.
Este proceso de cambio es complicado, ya que los patrones negativos están muy arraigados, casi en el ADN, por lo que es conveniente pedir ayuda profesional que facilite el camino y poder conseguir relaciones sanas y plenas.
