Hasta hace poco ir a terapia era “cosa de locos”, acudir a un lugar donde un desconocido te va a preguntar sobre tus asuntos más íntimos y le vas a mostrar tu vulnerabilidad, sí, quizá hay que estar algo loco para hacerlo.
Todos tenemos problemas, pensamientos que nos hieren, circunstancias de vida difíciles… Pero quien decide ir a terapia es porque a decidido dar un paso al frente, afrontar lo que duele, buscar ayuda. Y para llegar hasta ahí pienso que se necesitan como mínimo dos cosas, humildad y valentía.
Por suerte ir a terapia ya no parece algo tan complicado, la importancia que se le está dando a la salud mental en los últimos años y la comodidad de poder tomar las sesiones desde casa hacen que cada vez más personas den el paso.
Para mí es un privilegio dedicarme a esta profesión, me siento agradecida cada día por ello. En este primer artículo del Blog quería agradecer muy especialmente a todas las personas que habéis confiado en mí para recorrer este camino, donde hemos trabajado, hemos reído, hemos llorado…
He podido sentir esa conexión tan humana a través de la pantalla, y me ha parecido de una generosidad infinita el dejarme entrar así en vuestras vidas.
Con enorme cariño en especial a las personas que habéis dedicado vuestro tiempo a escribir los testimonios para esta Web, no tengo palabras. ¡Mil gracias!
«Cuando creas que nada puede cambiar, recuerda que puedes cambiarte a ti mismo»
Víctor Frankl